La traducción, una herramienta para combatir las noticias falsas
Cómo evitar caer en bulos en la era de la desinformación
Hace unos años nos adentramos en la era de la información. Internet nos abrió las puertas al contenido en tiempo real y en cantidades ingentes. Tanto, que unos años después pasamos a hablar de infoxicación, esto es, la sobrecarga informativa.
Esa sobrecarga informativa dio paso a la manipulación de la información, con noticias falsas y bulos, y que nos ha llevado a la era de la desinformación.
¿Por qué se crean noticias falsas?
Por interés. Así de simple. Hay personas y organismos a los que les interesa manipular la información para influir en tu comportamiento, ya sea para cambiar tu voto, para cambiar tus hábitos de vida o de compra, o para crear conflictos entre personas, por poner algunos ejemplos.
¿Cómo puedes evitar las noticias falsas?
Somos humanos. Y hasta la persona más escéptica puede tener un momento de debilidad y creerse algo que le llegue por WhatsApp o que vea en las redes sociales. Por eso, lo mejor es no confiar en información procedente de fuentes desconocidas (como audios de WhatsApp) o que no puedas contrastar.
En España tenemos una web muy útil, maldita.es, en la que recopilan numerosos bulos de todo tipo, y donde también puedes enviar tus consultas.
El equivalente en el Reino Unido podría ser fullfact.org.
Desconozco si hay páginas web similares en más países, pero si conoces alguna, me encantaría que la compartieras en los comentarios al final de esta entrada.
¿Qué pinta la traducción en todo esto?
En la era de la desinformación, la labor de los traductores es, una vez más, facilitar la comunicación y ayudar a desmontar los bulos.
Por ejemplo, traducimos información procedente de fuentes fiables y que se ha difundido de forma malintencionada en otros países, o traducimos textos y vídeos para periodistas que hacen reportajes de investigación, y así ellos también cuentan con un recurso fiable.
Como la información se queda anticuada en cuestión de horas (o menos), aquí sí es útil utilizar sistemas de traducción automática y traductores que posediten el texto para que pueda llegar antes al periodista. Apreciados periodistas, debo advertiros: la traducción automática no sirve si no se hace una posedición. No publiquéis una traducción automática directamente, porque podéis contribuir más a la desinformación.
Con la actual crisis del coronavirus, organizaciones como Translators Without Borders están colaborando con diferentes organismos públicos traduciendo, analizando terminología y haciendo un seguimiento de las publicaciones en redes sociales en distintos idiomas para ayudar a combatir la desinformación relacionada con esta pandemia y que, como ocurre a menudo, llega muy fácilmente a las personas más débiles.
Así que, antes de compartir una información que sea susceptible de ser un bulo:
- Contrasta la fuente
- Contrasta la información
- Pregunta a un traductor