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¿Qué fue de aquellos futuros traductores?

¿Qué fue de aquellos futuros traductores?

Salidas profesionales para traductores e intérpretes que no quieren ser autónomos ni trabajar en agencias

Ayer, como cada 30 de septiembre, traductores e intérpretes de todo el mundo celebramos el Día Internacional de la Traducción, una fecha que la Federación Internacional de Traductores conmemora desde el año 1953.

El año pasado puse algunos ejemplos de cómo la traducción forma parte de nuestra vida. Este año quiero hablar de salidas profesionales para traductores e intérpretes.

Las salidas habituales

Con 18 años no todo el mundo tiene muy claro lo que quiere estudiar y acaba entrando en una carrera simplemente porque sí, o empieza unos estudios ilusionado y a medida que va superando asignaturas se va dando cuenta de que no es lo que esperaba.

Por este motivo, quizá muchos traductores acaben dedicándose a la docencia, como mis compañeras Charo y Marga, o a la investigación, como mi compañero Barto.

¿No es lo que esperabas? No te preocupes, hay vida más allá de las aulas para un traductor o un intérprete.

Otras salidas para traductores e intérpretes

Muchos traductores empiezan trabajando en agencias de traducción, que suelen ser las que están detrás de las grandes empresas que necesitan estos servicios para vender sus productos en otros países, pero cuando hablas con alguien ajeno al sector y le dices que eres traductor o intérprete, lo habitual es que piense en estos campos:

Traductor literario

Intérprete de conferencias

Traductor-Intérprete jurado

Gracias a Netflix, ahora también se sabe que existen los traductores audiovisuales, pero hay mucho más.

En empresas multinacionales podemos trabajar en muchos departamentos:

Legal: si es una empresa que cuenta con filiales en otros países, este departamento tendrá mucho trabajo cada vez que haya que negociar con agentes, distribuidores, contratar empleados en los países de destino o contratar empleados extranjeros para trabajar en el país de la sede. En algunos casos necesitará traducciones juradas, así que tener a una persona que gestione el departamento de traducción jurada y jurídica dentro del departamento legal le vendrá muy bien.

Marketing: las empresas que tienen que adaptar sus productos a distintos idiomas y culturas también tienen que hacer lo mismo con todos los soportes y campañas, tanto de marketing tradicional como de marketing digital. A veces contratan agencias, pero las hay que cuentan con un especialista para cada país que gestiona todo el trabajo con los colaboradores externos.

Desarrollo de producto: hay empresas que tienen sus propios departamentos de traducción, que trabajan junto con los escritores técnicos para desarrollar los manuales de instrucciones y otros documentos que acompañan a sus productos.

Recursos Humanos: la figura del traductor e intérprete como mediador cultural es cada vez más importante en este departamento para evitar conflictos y mejorar la fidelidad de los empleados.

Esto sería lo ideal, pero no siempre tenemos acceso a estas grandes empresas. Afortunadamente, gracias a la externalización de servicios tenemos más posibilidades:

Despachos de abogados

Agencias de marketing y publicidad

Empresas desarrolladoras de software

Trabajar en estas empresas tiene algo que, para mí, es muy positivo: trabajas con clientes distintos, productos distintos, textos distintos y esto, además de ser enriquecedor, también mejora tu creatividad. Bueno, quizá los que se dedican a la traducción jurídica no tienen tantas oportunidades de ser creativos, pero nunca se sabe…

En el sector sanitario (más en el privado que en el público), cada vez es más importante la figura del traductor-intérprete como enlace entre el paciente y el médico.

Sin dejar el terreno lingüístico, hay traductores que al final se decantan por el mundo de la corrección y trabajan en editoriales o periódicos.

¿Te has convencido ya de que tu título te sirve para mucho más que dar clases, trabajar en una agencia o ser autónomo?

Ejemplos reales

Para terminar este artículo, voy a nombrar algunos casos de compañeros de clase con los que compartí muchos ratos de risas, cafés de máquina y apuntes.

Mireia Bartolomé-Sanz: tras trabajar en dos agencias de traducción y probar también como autónoma, actualmente trabaja en una empresa de desarrollo de software en Holanda como traductora, revisora y gestora terminológica en castellano y catalán.

Patricia Paladini: se especializó en localización de software y lleva más de diez años como directora de Globalización en una importante multinacional de desarrollo de software.

Jordi Conde: aunque gracias a mis apuntes aprobó Teoría de la Traducción, se centró en el sector editorial y actualmente trabaja como editor de libros físicos y digitales, traductor y locutor (voz en off) para libros escolares.

¡Hasta la próxima entrada!

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