Dando puntadas
Decálogo inacabado del buen revisor

Decálogo inacabado del buen revisor

¿Me ayudas a completarlo?

 

Cuatro ojos ven más que dos. Es una frase hecha, pero es la pura verdad.

Aunque es una fase que muchos clientes intentan reducir o incluso eliminar por ahorrar costes, la revisión es una fase necesaria en cualquier proyecto de traducción.

Todos cometemos errores. ¡Somos humanos! En traducción, cuando estás trabajando durante mucho tiempo con un mismo archivo, es fácil caer en errores tontos.

Por este motivo, contar con un revisor que eche un vistazo a nuestra traducción es una tarea que va en beneficio de todos. De nosotros, traductores, para mejorar nuestro trabajo, y del cliente, para recibir un producto de calidad. Como ocurre con otras fases del proceso de traducciónomitir la fase de revisión nos perjudica a todos.

En 17 años de profesión me han revisado (y me revisan) traductores de todo tipo. Los que quieren dejar su impronta en la traducción y los que te proponen sugerencias que realmente mejoran tu trabajo.

Creo que el revisor no nace, se hace, por eso te traigo este decálogo del buen revisor, que espero que te resulte útil, tanto si eres traductor autónomo como si trabajas en una agencia o en el departamento de traducción de una empresa. Porque es bueno revisar, pero a nadie nos gusta perder el tiempo haciendo más de lo que debemos.

  1. Ponte en la piel del traductor. Tienes que revisar en las mismas condiciones que tuvo el traductor para traducir, es decir, con todas las instrucciones y material de referencia proporcionado por el cliente. Léelo todo antes de empezar a revisar y pregunta si tienes alguna duda o te falta material. De lo contrario, corres el riesgo de introducir errores en la traducción.
  2. Respeta al traductor. Igual que cada maestrillo tiene su librillo, cada traductor tiene su estilo, así que no cambies cosas que no sean realmente necesarias. Si cambias un término por una preferencia, indica que es una preferencia, no un error. A menudo, las empresas contabilizan los cambios del revisor para generar una puntuación sobre el trabajo del traductor y no es justo que los cambios que realmente son preferencias se cuenten como errores, esto afectará a su puntuación.
  3. Consulta las dudas que haya hecho el traductor. Con frecuencia, el trabajo pasa a la fase de revisión sin que el cliente haya contestado a las preguntas del traductor. Normalmente el revisor es la última persona en tocar los archivos, así que es tu responsabilidad comprobar si hay dudas pendientes y aplicar los cambios necesarios.
  4. Haz preguntas. Al traductor y al cliente. Puede que te surjan dudas que no le hayan surgido al traductor, o que quieras preguntar al traductor por qué ha elegido un término y no otro. No siempre hay tiempo para ello, pero si tienes alguna duda sobre la traducción, pregúntale al gestor del proyecto, que se encargará de transmitirla al traductor, o pide incluso que te pongan en contacto con el traductor. La comunicación es esencial para el éxito de un proyecto.
  5. Pasa el corrector ortográfico. Da igual que el traductor ya lo haya hecho. Sin darte cuenta, puede que al hacer cambios en el archivo cometas algún error ortográfico.
  6. Utiliza herramientas de control de calidad. Como con el corrector, pasar estas herramientas al finalizar cada fase (y hacer varias rondas con ellas) es una garantía para minimizar los errores. Estas herramientas suelen dar muchos falsos positivos, así que configura las opciones bien para que filtre errores que realmente no lo son.
  7. Imprime la traducción en papel o revísala en otro formato. Reconozco que ya no lo hago tanto como antes, pero revisar en papel te permite detectar algunos errores que de otra forma pasan inadvertidos, como dobles espacios, errores tipográficos u ortográficos. Si no puedes imprimir, revisa en otro formato. Por ejemplo, en lugar de revisar en la pantalla del archivo bilingüe de la herramienta de traducción, haz una exportación a Word.

decálogo del buen revisor

Como ves, es un decálogo inacabado.

¿Me ayudas a completarlo? Seguro que entre todos se nos ocurren más de diez consejos. Añade tus ideas en los comentarios.

¡Hasta la próxima entrada!

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